quarta-feira, 6 de novembro de 2013

Sor María del Santísimo Sacramento, monja concepcionista y «primera religiosa mártir» oriunda de El Toboso, camino a los altares

 

 

Manuela Prensa Cano, que nació en El Toboso el 25 de junio de 1887, es una de las catorce monjas mártires concepcionistas cuyo proceso está a la espera de que el Papa Francisco fije la fecha para su beatificación.

El pasado domingo, la Parroquia de El Toboso (Toledo) vivió un especial acontecimiento de gracia. En el transcurso de la Santa Misa, fue anunciada a toda la comunidad parroquial la pronta beatificación de Manuela Prensa Cano, «Sor María del Santísimo Sacramento», monja que perteneció a la Orden de la Inmaculada Concepción en el Convento de Concepcionistas de San José de Madrid. La noticia la dio el P. Rainerio García de Nava, postulador de la causa de beatificación y autor del libro biográfico «odisea martirial de catorce mártires concepcionistas»
Según García de Nava, «desde febrero del año 2010, la fase diocesana del proceso de beatificación y canonización fue clausurada solemnemente por lo que las Actas del proceso se trasladaron a Roma a la espera de que el Papa Francisco fije la fecha para su beatificación, superados algunos trámites previos. Hasta que llegue ese momento, conviene tener presente que Sor María del Santísimo Sacramento, vuestra paisana, junto a sus compañeras Concepcionistas, es tan santa y eficaz ante Dios como después, cuando la invoquemos como beata. Desde el momento en que su cuerpo cayó pesadamente y sin vida en la tierra, tronchada como azucena por las balas asesinas, redondeó su santidad con el mérito del martirio y ocupa un puesto privilegiado en el cielo, donde para siempre es feliz en la contemplación asombrada de Dios, que la sedujo desde adolescente y fue el supremo sentido de su vida»
Al acto, además del postulador de la causa y del párroco de la localidad, el Rvdo. D. Juan Miguel Romeralo Santiago que presidió la Eucaristía, acudieron familiares próximos a la futura monja beata toboseña que junto a la feligresía presente pudieron adquirir el volumen biográfico editado por la Federación Concepcionista Franciscana de Santa Beatriz en donde aparece la semblanza de Sor María del Santísimo Sacramento, mártir en la contienda civil española de 1936, «cuya vida encarna y es testimonio de los valores humanos y religiosos que los hombres y mujeres de esta sociedad actual desean encontrar pues con su comportamiento heroico, nuestros mártires responden a los que hambrean la regeneración de la sociedad por medio de la vivencia de esos valores, su actitud reconciliadora amorosa y llena de paz, y el radicalismo evangélico de una vida entregada de lleno al seguimiento de Jesucristo»

Biografía
Manuela Prensa Cano nació un 25 de junio del año 1887 en El Toboso. Hija de Manuel Prensa Sánchez y Cirila Cano Casas, fue bautizada al día siguiente de su nacimiento en la Iglesia Parroquial San Antonio Abad. Con tan solo ocho años, se traslada a Madrid junto con sus padres, que pasaron a ser recaderos del convento de monjas Concepcionistas de San José de Madrid. A los 17 años recibe la Confirmación y al año siguiente, con tan solo 18 años, el día 5 de abril de 1905 pide el ingreso en el monasterio de la Orden de la Inmaculada Concepción. El 22 de noviembre de 1906, cuando hace su primera profesión de votos, toma el nombre de Sor María del Santísimo Sacramento, y cuatro años más tarde emitió los votos perpetuos con los que se ligaba al convento perpetuamente. Un año antes falleció su padre.
Aunque nada sabemos de su preparación académica, el Señor la revistió de grandes dotes para la música y el canto así como maestra de solfeo y canto entre las jóvenes del monasterio. Ejerció el oficio de secretaria de la superiora y de la Comunidad, cuya redacción de documentos evidenciaban mucha claridad, inteligente distribución del texto propio de una mente despejada y ordenada. También cultivó una imaginación creativa y brillante empleando infinidad de recursos para dar alegría, novedad y realce a las fiestas y acontecimientos extraordinarios de la Comunidad, y hasta fue directora de escena pues en las entre vísperas de su tormento preparó y dirigió la escenificación del martirio de Santa Inés, preludio de lo que después le tocaría a ella experimentar en carne propia.
Además de sus extraordinarias cualidades humanas y artísticas, Sor María cultivó su alma por medio de una gran vida interior de recogimiento, silencio, siempre dada a la presencia de Dios que la condujo a ser, además de maestra de novicias, un verdadero ángel de consuelo para las más jóvenes en los días previos al martirio por medio de un testimonio y ánimo de superación así como por sus ideas claras de que lo que más les podía suceder en esa situación era la muerte por Cristo y por su fe era el mejor sentido o empleo de la vida, porque les abría las puertas de una existencia feliz e inacabable. Esto sucedió el 8 de noviembre de 1936. Fuente: GARCÍA DE NAVA, R., Odisea Martirial de Catorce Concepcionistas, Lagomar Artes Gráficas, Torrijos (Toledo), 2011. Páginas 73-79.

Aromas de santidad en El Toboso
Sin duda que la Patria de Dulcinea, además de su renombre universal por la obra cervantina, lo es también por seguir siendo un pueblo levítico del que han nacido a lo largo de su historia numerosas vocaciones sacerdotales, misioneras, contemplativas y consagradas. Y de entre todos han surgido hombres y mujeres con fama de santidad. Tras la fundación del Convento de los Padres Agustinos Recoletos, en 1600, la comunidad agustina recibió a los frailes P. Alonso de Guadalupe y P. Agustín de San Ildefonso, los dos toboseños de quienes se inició a mediados del siglo XVIII sus procesos de beatificación, ambos de vida muy ejemplar.
Nada sabemos de las comunidades religiosas de trinitarias y franciscanas de esta época, salvo la de la Venerable Madre Sor Ángela María de la Concepción (1649-1690) que, no siendo de El Toboso, emprendió en este pueblo la reforma recoleta de las trinitarias donde le sorprendió la muerte; mística, escritora, reformadora y fundadora fue iniciado su proceso de canonización.
Será la contienda civil española (1936-1939) la que nos entregue mártires de la fe como fueron los Rvdos. D. Esteban Gómez Pérez, capellán de las franciscanas, y D. José Pilar de Ortega y Martínez, cura de El Toboso. Junto a ellos, también alcanzaron la gloria del martirio Enrique Nieto Martínez, Enrique Olmo Martínez Pantoja, Jaime Martínez Pantoja, José de Diego Cholvi Ortega, Diego Fernández Nieto, Juan Andrés Olmo Ortiz, Marino Olmo Martínez Pantoja, Ángel Ortega Ramírez, Rafael Manzanares Ramírez, Antonio Carrasco Muñoz, Ramón Carrasco Guillén y Leopoldo Pando Patiño (Fuente: CIRAC ESTOPAÑÁN, S., Martirologio de Cuenca - Crónica Diocesana Conquense, Barcelona 1947. Vol., II).
Y esta época también el joven toboseño Fr. P. Román Guillén Argudo, franciscano, (1900-1936) de quien puenden leer una reseña biográfica aquí.
Recientemente, el Fr. P. Manuel Fuentes Porrero (1928-2004), trinitario natural de El Toboso, que murió en 2004 en su Convento que la Orden Trinitaria tiene en Córdoba, ciudad donde fue muy querido, especialmente en su barrio, pues se ganó con toda justicia el ser un hombre popular en el orden cívico, por su trabajo diario hacia los más pobres y por su gran labor social. Igualmente fue reconocido por el pueblo cristiano como una persona santa, pues en su vida practicó las virtudes evangélicas como ser bueno, bondadoso, lleno de humanidad, el ser paciente incluso con sus propios hermanos de orden y siempre presto a dar servicio a los feligreses y vecinos del barrio, pero si hay algo que le caracterizó como seguidor de Jesús de Nazaret fue su especial dedicación y entrega a los más pobres y necesitados. La Santa Sede le concedió, a título póstumo, la medalla “Pro Ecclesia et Pontifice” por su dedicación a la Iglesia y por su forma especial de abnegación y servicio a los pobres y enfermos.

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